Casa Niza - Casas Republicanas en Manga
Casas Republicanas en Manga
Manga es sin duda, uno de los barrios más emblemáticos de Cartagena. Un lugar donde el tiempo parece haberse detenido en muchas fachadas, en muchos balcones, en muchos jardines que aún respiran historia. Las casas republicanas en Manga, construidas en las primeras décadas del siglo XX, son hoy piezas únicas que despiertan la admiración de locales y extranjeros en la fantástica Cartagena de Indias.
Protección cultural de algunas Casas Republicanas en Manga
El Ministerio de Cultura, consciente de este valor, declaró en 2006 un conjunto de diez Casas Republicanas en Manga como Bienes de Interés Cultural de la Nación. Entre ellas se encuentran la Casa Lucía Méndez, Villa Susana, la Casa de La Espriella, la Casa Pombo y otras que, en conjunto, conservan el encanto de una época en la que el diseño arquitectónico se vivía con grandeza y detalle.
Casa Niza - Casa Republicana en Manga
Preservar para proyectar
No todas las casas republicanas en Manga han sido protegidas oficialmente, pero eso no significa que carezcan de valor. Muy por el contrario: muchas de estas propiedades conservan aún su esencia histórica y representan una oportunidad estratégica para inversionistas visionarios.
* Para el inversionista con vocación patrimonial, adquirir una de estas casas significa resguardar la memoria de la ciudad y a la vez potenciar su valorización en el tiempo.
* Para el desarrollador con interés en la preservación, es la posibilidad de crear proyectos donde la historia se convierte en aliada del negocio.
* Para el emprendedor turístico, es el escenario perfecto para un hotel boutique, un espacio cultural o incluso un coworking con identidad histórica.
La Segunda Vida para Casas Republicanas en Manga
Varias de las Casas Republicanas en Manga han encontrado una segunda vida que inspira a cualquier inversionista con visión patrimonial. Algunas, como la Casa Niza, se transformaron en experiencias turísticas de lujo, recibiendo huéspedes de todo el mundo en plataformas como Booking y Airbnb. Otras, como la Casa Román y la Casa Covo, mantienen su vocación residencial, conservadas por familias que siguen habitándolas y que representan la fuerza de la tradición en medio de la modernidad. Para el inversionista con vocación patrimonial, estos ejemplos demuestran que el pasado no es una carga sino un valor agregado: cada fachada restaurada y cada detalle arquitectónico revalorizado se convierten en activos que crecen con el tiempo.
Casa Niza - Casa Republicana en Manga
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También hay casos donde la historia se combina con la funcionalidad moderna: la Casa Vélez Pombo hoy es sede de un colegio de prestigio, mientras la Casa Vélez Daníes presta servicios médicos de urgencias, y la Villa Susana se adaptó como comercio de gran escala. Este tipo de transformaciones resultan especialmente atractivas para el desarrollador interesado en la preservación que busca integrar proyectos con proyección económica y respeto al patrimonio, y para el emprendedor turístico que ve en cada inmueble un escenario ideal para un hotel boutique, una galería cultural o incluso un coworking con alma. Así, cada casa republicana en Manga cuenta no solo una historia del ayer, sino una promesa de futuro para quienes saben combinar cultura con negocio.
Casa V+elez Pombo - Casa Republicana en Manga
Casa Vélez Daníes - Casa Republicana en Manga
Villa Susana - Casa Republicana en Manga
La descripción de García Márques de una Casa Republicana en Manga
En las casas cartageneras construidas en el barrio Manga entre 1900 y 1920, se visualizan las expresiones arquitectónicas del caribe de comienzos del siglo XX. Una inigualable descripción de una de estas casas se encuentra en el siguiente fragmento de la novela El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez:
“Al otro lado de la bahía, en el barrio residencial de La Manga, la casa del doctor Juvenal Urbino estaba en otro tiempo. Era grande y fresca, de una sóla planta, y con un pórtico de columnas dóricas en la terraza exterior, desde la cual se dominaba el estanque de miasmas y escombros de naufragios de la bahía. El piso estaba cubierto de baldosas ajedrezadas, blancas y negras, desde la puerta de entrada hasta la cocina, y esto se había atribuído más de una vez a la pasión dominante del doctor Urbino, sin recordar que era una debilidad común de los maestros de obra catalanes que construyeron a principios de este siglo aquel barrio de ricos recientes. La sala era amplia, de cielos muy altos como toda la casa, con seis ventanas de cuerpo entero sobre la calle, y estaba separada del comedor por una puerta vidriera, enorme e historiada, con ramazones de vides y racimos de doncellas seducidas por caramillos de faunos en una floresta de bronce. Los muebles de recibo, hasta el reloj de péndulo de la sala que tenía la presencia de un centinela vivo, eran todos originales ingleses de fines del siglo XIX, y las lámparas colgadas eran de lágrimas de cristal de roca, y había por todas partes jarrones y floreros de Sèvres y estatuillas de idilios paganos en alabastro. Pero aquella coherencia europea se acababa en el resto de la casa, donde las butacas de mimbre se confundían con mecedores vieneses y taburetes de cuero de artesanía local. En los dormitorios, además de las camas, había espléndidas hamacas de San Jacinto con el nombre del dueño bordado en letras góticas con hilos de seda y flecos de colores en las orillas. El espacio, concebido en sus orígenes para las cenas de gala, a un lado del comedor, fué aprovechado para una pequeña sala de música donde se daban conciertos íntimos cuando venían intérpretes notables. Las baldosas habían sido cubiertas con las alfombras turcas compradas en la Exposición Universal de París para mejorar el silencio del ámbito, había una ortofónica de modelo reciente junto a un estante de discos bien ordenados, y en un rincón, cubierto con un mantón de Manila, estaba el piano que el doctor Urbino no había vuelto a tocar en muchos años. En toda la casa se notaba el juicio y el recelo de una mujer con los pies bien plantados sobre la tierra.”
Casa Covo - Casa Republicana en Manga
Mas que paredes: Experiencia
Lo que distingue a una casa republicana no son solo sus columnas y ventanales, sino el relato que guarda en cada muro. Restaurarlas es abrir la puerta a un mercado global que busca experiencias auténticas, donde el turismo cultural, la hospitalidad y la inversión se unen para crear propuestas con alma y con sentido.
¿Quien dijo que no podemos invertir en una de estas casas y recrear fácilmente el fragmento de García Marquez?
Casa Niza - Casa Republicana en Manga
Una casa de oportunidad en Manga
En Inabvirtual Brokers hemos sido contratados para comercializar una casa antigua en Manga, un inmueble que reúne todas las características de este estilo republicano y que se convierte en un lienzo en blanco para quienes saben apreciar la unión entre patrimonio y negocio.
De hecho, mientras leía el anterior fragmento del libro El Amor en los tiempos del cólera, veía claramente en mi mente como esta casa era descrita por nuestro nobel de literatura.
Esta una invitación abierta a quienes buscan algo más que una simple propiedad: un espacio con historia, con identidad y con proyección.
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Por Néstor Andrade
Casa en Venta Estilo Republicano para remodelar o reformar - vivir o negocio!
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