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Mi padre rico explico la importancia de los sueños de la siguiente manera: "No es importante ser rico y pagar una mansión. Lo es luchar por alcanzar algo, aprender, hacer lo mejor para desarrollar tu poder personal para comprar la mansión. Es importante en quién te conviertes en el proceso de comprarla. Las personas que tienen sueños pequeños, vivirán como gente pequeña".

Como decía mi padre rico, la casa no es lo importante. Mi esposa Kim y yo hemos tenido dos casas muy grandes... y acepto que lo importante no fue el tamaño de la casa ni volvernos ricos.  Lo fué el tamaño del sueño.  Cuando mi esposa y yo no teníamos dinero, nos fijamos la meta de comprar una casa grande cuando ganáramos más de un millón de dólares.  Adquirimos la primera casa grande cuando nuestro negocio tuvo una entrada de más de un millón de dólares y la vendimos poco después, porque habíamos decidido ir tras un nuevo sueño.  En otras palabras, el sueño no era la casa grande y ganar un millón de dólares: eran los símbolos de que nos habíamos convertido en personas que podían realizar sus sueños.  Actualmente, somos dueños de otra casa grande y es sólo el símbolo del sueño que alcanzamos.  El sueño no es la casa, es en quiénes nos convertimos durante el proceso.

Mi padre rico lo decía de esta forma: "Las grandes personas tienen grandes sueños y las personas pequeñas, sueños pequeños.  Si quieres cambiar, cambia el tamaño de tu sueño." Cuando estaba arruinado y había perdido la mayor parte de mi dinero, mi padre rico me dijo: "Nunca dejes que este contratiempo financiero disminuya el tamaño de tu sueño.  Es la visión de tu sueño lo que te ayudará a superar este periodo difícil de la vida."  También decía: "Estar arruinado es temporal y ser pobre es eterno.  Incluso si estás arruinado no te cuesta nada soñar con ser rico.  Muchas personas pobres lo son porque han renunciado a soñar."

 

Tomado de Escuela de negocios. Robert T. Kiyosaki.